sábado, 26 de octubre de 2013

EDITORIAL OMINOUS TALES 2




Portada Juan Sáenz Valiente
Ominous Tales inicia un camino que,  esperamos,  encuentre en el aprecio de sus lectores, un aliciente para continuar hacia instancias insospechadas, pero que concluyen en el mismo objetivo: entregarles lo mejor de la narrativa y la gráfica del Cono Sur, como catalizador del estado actual de las narrativas fantásticas escritas en Latinoamérica. La edición del primer y de este segundo número refleja los temas que comienzan a sentarse e implantarse con fuerza inusitada en nuestra sociedad. Hoy se habla de la imbunchificación del individuo, de su deformación debido a  influencias culturales, sociales y psicológicas que le oprimen cotidianamente; sumiéndolo en una precariedad que lo imposibilita para comunicarse, moverse, amar y ser amado: complejidades de un mundo que se avizoraba a fines de siglo XX y comienzos del XXI.  Sin embargo, aquel proceso de transformación ha dado paso a otro constructo cultural, pero esta vez proveniente de las mass medias, haciéndose innegable su importancia, como ícono de una generación que abraza la fantasía como indicadora de la realidad. 



Si en algún tiempo fueron personajes centrales en las narrativas los fantasmas, demonios, hombres lobo, vampiros, golems, autómatas, androides, extraterrestres, mutantes e inteligencias artificiales; hoy hablamos, con la mayor naturalidad, de los zombies. Estos seres sin voluntad ni instintos, sólo con la básica necesidad de alimentarse de los vivos, son el fiel reflejo de la idiotización cultural en la que estamos envueltos. No es sorprenderse que la juventud (las nuevas voces), escriban y nos cuenten historias sobre un posible apocalipsis zombie, pues aunque parezca anacrónico hablar de apocalipsis, debemos recordar que hasta hace unos meses era de una contingencia espantosa, quedando relegada por este tópico que está encontrando su edad dorada entre quienes cultivan el género fantástico desde distintas perspectivas artísticas. Cine, televisión, cómic, novelas, cuentos y publicidad se nutren de la evidente zombificación de la sociedad. 

Los autores que colaboran con Ominous Tales no están al margen de esta corriente, pues nos atrevemos a asegurar, que este fenómeno no es una moda, sino una manera de percibir y reflejar nuestra sociedad sobrepoblada,  al borde del colapso, del canibalismo y la muerte por diversas pandemias que están por venir. Lo claro es que cada vez se tiene más certeza del olor a muerte que generamos, como conjunto, y de lo cercano que se encuentra metafóricamente un apocalipsis zombie, un término de ciclo con consecuencias nefastas, que es anticipado por los artistas y su sensibilidad.

Algo ocurre a nuestro alrededor, sabemos que las cosas suceden sin que las percibamos claramente, pues estamos demasiado imbuidos en la sociedad zombificada, pero no lo suficiente como para despreocuparnos, pues ya no se trata de terror solamente, en realidad, estamos seguros de que nunca se ha tratado de aquello solo. 

Nuestra literatura ominosa nos muestra las sensibilidades, nuestros excesos y omisiones, nuestra miopía y el estigmatismo orgulloso del cual tan contentos estamos como sociedad. Nos creemos indestructibles, ajenos al dolor, afectos a la emoción, pero estamos siendo zombificados. Pertenecemos a esta generación que solamente logrará evitar el caos,  teniendo consciencia de que el arte siempre ha demostrado ser un efectivo salvavidas o antídoto para evitar correr detrás de las masas enardecidas en busca de sangre o sesos, denunciando mediante la praxis literaria y gráfica en este caso, lo que somos y en lo que nos estamos convirtiendo. Por ello, Ominous Tales es una plataforma que esperamos sea utilizada para dar cuenta de toda esta locura posmoderna.

Aldo Astete Cuadra
Director y editor

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