Portada Juan Sáenz Valiente |
Ominous Tales
inicia un camino que, esperamos, encuentre en el aprecio de sus lectores, un
aliciente para continuar hacia instancias insospechadas, pero que concluyen en
el mismo objetivo: entregarles lo mejor de la narrativa y la gráfica del Cono
Sur, como catalizador del estado actual de las narrativas fantásticas escritas
en Latinoamérica. La edición del primer y de este segundo número refleja los
temas que comienzan a sentarse e implantarse con fuerza inusitada en nuestra
sociedad. Hoy se habla de la imbunchificación del individuo, de su deformación
debido a influencias culturales,
sociales y psicológicas que le oprimen cotidianamente; sumiéndolo en una
precariedad que lo imposibilita para comunicarse, moverse, amar y ser amado: complejidades
de un mundo que se avizoraba a fines de siglo XX y comienzos del XXI. Sin embargo, aquel proceso de transformación ha
dado paso a otro constructo cultural, pero esta vez proveniente de las mass
medias, haciéndose innegable su importancia, como ícono de una generación que abraza
la fantasía como indicadora de la realidad.
Si
en algún tiempo fueron personajes centrales en las narrativas los fantasmas,
demonios, hombres lobo, vampiros, golems, autómatas, androides,
extraterrestres, mutantes e inteligencias artificiales; hoy hablamos, con la
mayor naturalidad, de los zombies. Estos seres sin voluntad ni instintos, sólo
con la básica necesidad de alimentarse de los vivos, son el fiel reflejo de la
idiotización cultural en la que estamos envueltos. No es sorprenderse que la
juventud (las nuevas voces), escriban y nos cuenten historias sobre un posible
apocalipsis zombie, pues aunque parezca anacrónico hablar de apocalipsis,
debemos recordar que hasta hace unos meses era de una contingencia espantosa,
quedando relegada por este tópico que está encontrando su edad dorada entre
quienes cultivan el género fantástico desde distintas perspectivas artísticas.
Cine, televisión, cómic, novelas, cuentos y publicidad se nutren de la evidente
zombificación de la sociedad.
Los
autores que colaboran con Ominous Tales
no están al margen de esta corriente, pues nos atrevemos a asegurar, que este
fenómeno no es una moda, sino una manera de percibir y reflejar nuestra
sociedad sobrepoblada, al borde del
colapso, del canibalismo y la muerte por diversas pandemias que están por venir.
Lo claro es que cada vez se tiene más certeza del olor a muerte que generamos, como
conjunto, y de lo cercano que se encuentra metafóricamente un apocalipsis
zombie, un término de ciclo con consecuencias nefastas, que es anticipado por los
artistas y su sensibilidad.
Algo
ocurre a nuestro alrededor, sabemos que las cosas suceden sin que las percibamos
claramente, pues estamos demasiado imbuidos en la sociedad zombificada, pero no
lo suficiente como para despreocuparnos, pues ya no se trata de terror
solamente, en realidad, estamos seguros de que nunca se ha tratado de aquello
solo.
Nuestra
literatura ominosa nos muestra las sensibilidades, nuestros excesos y
omisiones, nuestra miopía y el estigmatismo orgulloso del cual tan contentos estamos
como sociedad. Nos creemos indestructibles, ajenos al dolor, afectos a la
emoción, pero estamos siendo zombificados. Pertenecemos a esta generación que
solamente logrará evitar el caos, teniendo consciencia de que el arte siempre ha
demostrado ser un efectivo salvavidas o antídoto para evitar correr detrás de
las masas enardecidas en busca de sangre o sesos, denunciando mediante la
praxis literaria y gráfica en este caso, lo que somos y en lo que nos estamos
convirtiendo. Por ello, Ominous Tales
es una plataforma que esperamos sea utilizada para dar cuenta de toda esta locura
posmoderna.
Aldo Astete Cuadra
Director y editor
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